La hacienda Sta. Teresa de Uci fue construida entre 1880 y 1910 para dedicarse a la producción de la fibra de henequén. El declive de esta actividad en Yucatán hizo que la hacienda fuera abandonada y cayera en eventual deterioro. En 2009, cuando se comenzó el diseño del proyecto, la casa principal estaba en ruinas, conservándose una construcción antigua de mampostería de piedra sin techumbre y la barda perimetral.

El concepto arquitectónico es recrear la tipología de espacios de la típica “casa principal” de una hacienda yucateca con una interpretación más contemporánea (incorporando el uso de baño por habitación) usando los sistemas constructivos de esa época.

En aquel período una hacienda mostraba poderío e imponencia, es por ello que se accede al proyecto a través de una escalinata central (semiderruida, se reconstruye) que remata en un gran marco de piedra.

El vestíbulo conecta a un corredor arcado cuyo remate visual son los jardines con estanques y el área de terraza con piscina.

Ese mismo corredor conduce a las amplias recamaras que muestran los elementos principales de diseño regional: doble altura, vigas de madera, altos ventanales, tapetes de pasta, colores intensos y mobiliario rústico de madera.